I love you, robot

Redacción The Experiencer / Fotos: Ramona Rosales

Esta fue la última creación de RealBotix en el año 2018; un muñeco sexual inerte robótico. Se llama Henry y nació en modo Ken Doll, pero hoy, cuando lo compres (por aproximadamente 12 mil dólares) podrás elegir diferentes insertos de silicona para que puedas contar con el tamaño de pene que se te ocurra. La compañía ofrece infinitas formas de personalizar a Henry. Es de cuerpo hipersexual.

Estos juguetes sexuales son más que eso, son un capricho, perfectos para el que gusta sentir un abrazo tener compañía para ver Netflix.

Menos del 10 por ciento de los 300 a 400 pedidos anuales de la empresa son hechos por mujeres y parejas, quienes anhelan que Henry sea un robot que pueda hablar, que ame, que sea amable y por supuesto, que sea un a bestia en la cama.

Actualmente Henry solo puede mover la cabeza, está muy lejos de hacer las tareas del hogar. Francamente, está muy lejos de mantener una conversación básica. Pero eso no ha impedido que los medios publiciten su debut, tampoco ha impedido que algunos expertos en ética de los robots pidan la prohibición de los sexbots. Es fundamental hacer preguntas sobre el consentimiento de los robots, y si los robots sexuales nos deshumanizan, y si el pequeño grupo de hombres, en su mayoría, que construyen los algoritmos detrás de ellos, refuerza los estereotipos de género de mujeres pasivas y hombres varoniles. Pero por ahora, el equipo de McMullen todavía necesita descubrir cómo hacer que Henry camine y hable al mismo tiempo.

EN LA RED

https://realbotix.com/