Vessel, el escenario de suicidios en NYC

Por Pepe Treviño

Una de las atracciones más obscuras que hay en la ciudad de Nueva York se encuentra en Hudson Yards, se trata de Vessel, una mole ornamental arquitectónica, prácticamente una escalera que costó de 200 millones de dólares, diseñada por Thomas Heatherwick.
La obra asemeja un panel de abejas o a una extraña belleza que remite al artista futurista H.R. Gigger, que se eleva por 16 pisos a través de 154 secciones de escaleras.
La atracción que enamoró a miles de turistas desde que fue inaugurada en el 2019.
Lamentablemente esta atracción fue cerrada al público en el año 2021 debido a que fue escenario de tres suicidios. Con todo ello la estructura reabrió cuatro meses después, implementando más vigilancia, pero volvió a cerrar sus puertas al público el 29 de julio del 2021, luego de que sirviera por cuarta vez de escenario para cometer suicidio.
Desde entonces, el monumento solo podía verse y fotografiarse desde abajo, estando cerrados al público todos sus accesos, donde se postraban guardias de seguridad que impedían la entrada.


A cuatro años de su clausura, esta atracción turística volvió a abrir sus puertas. Hoy han instalado barreras de vidrio en los pasillos de la escultura vertical, una malla anti suicidios e implementado un reglamento que no permite la visita de turistas solitarios; también han triplicado su equipo de guardias de seguridad, así como la implementación de procedimientos para detectar comportamientos de alto riesgo, poner letreros con el número de la Línea Nacional de Vida para la Prevención del Suicidio, con mensajes desarrollados en asociación con la Fundación Born This Way, la organización de salud mental sin fines de lucro de Lady Gaga, para ayudar a jóvenes con problemas psiquiátricos.
Sin duda Vessel es el reflejo del siglo XXI, donde la ornamentación importa más que la funcionalidad o la conexión social, donde la depresión ha marcado, de por vida, el diseño del controversial Thomas Heatherwick.

VIAJEROS SUICIDAS
En los últimos años el suicidio ha sido un fenómeno que ha tomado fuerza en la industria turística. Según los especialistas son diversos factores los que suman para que un paciente detone en un cuadro psiquiátrico, suicida, durante unas vacaciones.
Vivimos en un mundo globalizado que se caracteriza por abarcar aspectos culturales, políticos y ambientales que imponen modas, estilos de vida y formas de pensamiento, entre otros. Muchos de ellos son aspectos que causan efectos sobre la salud mental, como son el estrés, la depresión, la frustración y la ansiedad, muchos cuadros psiquiátricos que de manifiestan a través del alcoholismo, farmacodependencia y, en casos extremos, el suicidio, un trastorno del estado de ánimo que se acentúa cuando el paciente está solo, ensimismado en pensamientos negativos hasta ver la necesidad de terminar con una vida insatisfecha.
Muchas veces el suicida es influenciado por el clima, la temperatura, la alimentación, sin importar cuál es la estación del año, porque cada cerebro y paciente reacciona diferente. Así que olvidemos que hay más suicidios en invierno, también evitemos el recomendarle a un amigo que viaje solo cuando está deprimido, porque cada cabeza es un océano de emociones.
Véase el caso de Anthony Bourdain y Chris Cornell, que se han quitado la vida en un hotel; o los turistas deprimidos que viajan en crucero, en solitario, para quitarse la vida al saltar a altamar.